Adicciones conductuales: ¿Qué son? ¿Qué podemos hacer?
Las adicciones conductuales son aquellas adicciones que no están relacionadas
con el abuso de sustancias. Aun así, son igual de importantes y tienen síntomas
y consecuencias muy parecidas. Además, existen diversos tipos y con el aumento
de las nuevas tecnologías también están aumentando este tipo de problemáticas.
Se trata de un tipo de adicción en la que se pierde el control de una acción y que además provoca dependencia. En las adicciones a sustancias lo que ocurre es que se crea una dependencia hacia algún tipo de sustancia como pueden ser la cocaína o la heroína. En el caso de las adicciones comportamentales, la dependencia se crea hacía un tipo determinado de conducta como, por ejemplo, jugar a videojuegos o chatear con el teléfono móvil.
Diversos estudios han puesto de manifiesto que ambos tipos de adicciones son muy similares en diferentes aspectos como: tolerancia, abstinencia, respuesta al tratamiento, circuitos neuronales implicados, etc.
Son adicciones menos conocidas
porque hace poco que han sido incluidas en los principales manuales
diagnósticos de los trastornos mentales. Es cierto que el “Juego Patológico” ya
aparecía en el DSM-IV (manual diagnóstico de la asociación americana de
psiquiatría) pero, no fue hasta su última versión cuando se incluyó el
“Internet Gaming Disorder” que puede ser traducido como un trastorno referido
al uso reiterado de juegos de internet. Sin embargo, siguen sin aparecer muchas
adicciones comportamentales como la adicción al teléfono móvil.
¿Qué tipo de adicciones conductuales existen?
Existen diversas pero las más comunes son:
- Videojuegos. Las personas juegan
constantemente y compulsivamente y esto hace que se dejen de lado otros
intereses. Todo ello provoca malestar significativo.
- Internet. Se trata de un uso abusivo de
Internet ya sea mediante Smartphone, Tablet, ordenador, etc.
- Teléfono móvil. Uso desmedido del teléfono
móvil que provoca interferencias en la vida diaria de las personas.
- Compras. La compra compulsiva consiste en
comprar de manera desmesurada todo tipo de productos. Esto tiene muchas
consecuencias entre las que se encuentran los problemas económicos.
- Juego de azar. Según el DSM-5 se trata de un
juego problemático, persistente y recurrente que provoca un deterioro y/o
malestar clínicamente significativo en todas las áreas de la persona.
- Sexo. Estas personas tienen deseos constantes
de mantener relaciones sexuales y esto, entre otras cosas, les causa
malestar clínicamente significativo.
¿Qué consecuencias tienen?
Las consecuencias pueden ser
diversas y graves, entre las que podemos encontrar:
- Problemas de sueño. Cuando antes de acostarse
se utilizan dispositivos electrónicos puede haber problemas para iniciar y
conciliar el sueño. Además, muchas personas pasan horas y horas con el
teléfono móvil y esto hace que disminuyan las horas de sueño.
- Problemas familiares. Se producen enfrentamientos
constantes con las personas más cercanas. Los afectados suelen negar el
problema y los familiares insisten en que existe un problema. Además, el
focalizarse en la adicción hace que se descuiden las relaciones
familiares.
- Problemas sociales. La focalización en la
adicción también hace que las relaciones sociales disminuyan. Por ejemplo,
una persona que se pasa el día jugando a un videojuego no tendrá tiempo
para salir con sus amigos.
- Problemas laborales o académicos. Del mismo
modo que en caso anterior, el focalizarse en algo hace que descuidemos
otros aspectos de nuestra vida.
- Consecuencias psicológicas. Las más comunes
son: dependencia psicológica, pérdida de control, depresión, ansiedad,
descuido de actividades que se realizaban antes de que apareciese el
problema, irritabilidad cuando alguien les dice que dejen de realizar la
conducta, problemas de afrontamiento, introversión o incluso baja
autoestima.
- Económicas. En el caso de los videojuegos de
pago o en el de la compra compulsiva puede haber problemas económicos
derivados de la conducta.
¿Cuándo empieza a ser un
problema?
Como te habrás fijado, todos los
tipos de adicciones tienen una cosa en común: causan malestar clínicamente
significativo e interfieren en la vida diaria de las personas. Por lo tanto,
podríamos decir que cuando esto se produzca es que existe un problema.
También existen otra serie de indicadores como:
- Sensación de pérdida de control. El no
poder parar de hacer la conducta
- Tolerancia. Tener que aumentar la frecuencia
de la conducta para quedarse satisfecho.
- Ocultarlo a nuestros familiares y
amigos. La persona niega que tiene un problema y por lo tanto lo oculta.
Cada problemática tiene una serie de indicadores que pueden hacernos llegar a pensar que existe un problema. En el caso del teléfono móvil, las personas con esta problemática pueden: aislarse de su familia, cesar las relaciones sociales, utilizar el teléfono móvil constantemente, aunque se estén realizando otras actividades como ver una película, utilizar el móvil por la noche, cuando no tienen el teléfono (porque se ha quedado sin batería, etc.) le cambia el humor y les entra ansiedad, descuidan otros aspectos de su vida, etc.
¿Qué podemos hacer?
En el caso de este tipo de adicciones, el objetivo es que las personas afectadas reduzcan la frecuencia de uso o de realización de la conducta problema. Esto es así porque vivimos en una sociedad repleta de nuevas tecnologías, internet, etc. y proponer que alguien deje de usar internet es algo que probablemente no cumplirá. Si es cierto que, en las adicciones con sustancia, en el juego patológico, etc. sí se puede suprimir la conducta del todo porque no es algo que necesitemos para vivir. Pero en el caso de la dependencia al teléfono móvil o en el caso del uso abusivo Internet se busca un uso responsable y saludable. Los tratamientos están orientados, precisamente, a hacer un uso responsable.
En el tratamiento se ha de tener en cuenta a cada persona de manera individual y diseñar un tratamiento acorde a la persona y a sus circunstancias. Es decir, se debe estudiar cada caso para ver qué medidas son más adecuadas.
A rasgos generales, se suele
trabajar la autoestima, control de impulsos, sensación de control, emociones,
relaciones familiares y sociales, manejo de recaídas, etc.
Si te has dado cuenta de que tienes un problema similar y crees que no puedes solucionarlo tú mismo, pide ayuda.
En resumen, las adicciones
conductuales son aquellas que no están relacionadas con sustancias, es decir,
se trata de la realización abusiva de algún tipo de conducta como, por ejemplo,
uso abusivo del teléfono móvil o de Internet. Esto tiene diversas consecuencias
como ansiedad, depresión, baja autoestima, deterioro de las relaciones
sociales, etc. Por ello, te recomendamos que, si crees que tienes este tipo de
problema, busques ayuda.
Referencias bibliográficas:
Rodriguez R. (24 de mayo de 2019). Adicciones conductuales. PSIQUION. https://www.psiquion.com/blog/adicciones-conductuales.
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